lunes, 2 de noviembre de 2015

Jugando a vivir







Este es un escrito que redacté hace unos meses como trabajo de un Curso de Escritura Literaria. Es una denuncia social. Por desgracia, el paso del tiempo no ha cambiado las cosas. 


Vivo a pie de calle. Soy un tipo normal inmerso en una sociedad no tan normal. Pasan cosas. Me afectan. Deberían afectarnos. Sería lo normal. Mientras la Presidenta del Congreso, encargada de poner orden en la sala, se dedica a sumar puntos en un juego virtual. Y encima niega la evidencia argumentando otra excusa. Pero a pie de calle suceden cosas. Veamos.

Un tipo corre en zig-zag a velocidad de órdago. Otro sale detrás de él.  Al unísono escucho la voz de una señora, casi imperceptible. Observo a dos señoras paradas en mitad de la acera. 
¡Senora!¿Qué ha pasado? “Me han robado el bolso”.No hizo falta que dijera que estaba nerviosa. “No se preocupe, llamaré al 092” mientras me comentaba que no podía hablar debido a su nerviosismo. Normal ¡Pobre mujer! Al colgar le digo  que se tranquilice, que ya viene la patrulla.
 Pasados unos minutos, que se hicieron eternos, aparecen dos agentes. Toma de datos, preguntas….Yo permanecía al acecho, por si era necesario mi testimonio. 
-“Gracias, caballero”  dijeron los agentes al marcharse. Las  señoras hicieron lo propio. “Para eso estamos”, dije. Esto debería ser normal.

Una joven indigente lleva tirada en la calle varios días. Tantos que en su rostro ya delataba la falta de alimento. Me intereso por ella. Era obvio que tenía hambre, pero le pregunto al respecto. Un bocadillo y una bebida le cambiaron el  ánimo.  Me hace saber que duerme en un cajero, pero que en breve se ocuparan de ella. Ya no la he vuelto a ver. Prefiero pensar que está atendida. Pero también pienso que hay muchísima gente en esta situación.  Una realidad que desgraciadamente es normal.
Sigan jugando. O dando cabezadas  Esta no va con Vds. Seguiré a pie de calle, jugando a vivir








lunes, 13 de julio de 2015

La voz interior

       

                                         
       
       


No me digas eso, sabes que me hace daño
¿Cuántas veces te lo he dicho?
¿Por qué no me escuchas?
Por favor, deja de golpear mi cabeza.

Una susurro que me dice lo que tengo que hacer
Anulando mi libertad de acción
Porque quiero ser yo mismo
Pero me lo pones difícil
cuando  siento que estoy haciendo algo que no debo 
o hago algo que no quiero hacer.

Quiero respirar, sentirme libre.
Por favor, deja de martirizarme.
Siempre te he dado libertad,
Nunca te he criticado.
¿Por qué me pagas con esta moneda?

No quiero tu agobio, sino tu aliento.
El estímulo que necesito.
Porque es lo que más anhelo, tu caricia.
Más que ninguna otra.

Voz  que me atrapa sin piedad
Voz, por favor, ¡cállate!
Es mejor el silencio
Te prefiero así
 Porque no quiero que me abandones.

Porque antes me has ayudado
Y ahora también puedes hacerlo.
Voz interior, alumbra esta noche.
Con el sonido más dulce.
Sabes cómo hacerlo.
Entonces te escucharé,
Como siempre lo he hecho.

Eres la llave y el cerrojo
La esperanza y el vacío.
Si decides abrir la puerta,
Te esperaré, lo sabes.
Siempre te he esperado,
voz interior para escuchar tu aliento.





domingo, 1 de febrero de 2015

Espero que te llegue, Antonio







Querido y admirado Antonio:

¡Qué difícil me resulta hablar de ti!  Cuando me preguntan que significas para mí, quien eres o algo por el estilo, de verdad que me resulta verdaderamente complicado. Necesito mirarme para dentro para explicarlo. Sin embargo, hay algo que tengo absolutamente claro; para mi eres mucho más que un músico.  Va mucho más allá. Por este y otros motivos te escribo estas líneas repletas de sinceridad, cariño, admiración y, sobre todo respeto. 















domingo, 25 de enero de 2015

El poder de la palabra


"Las palabras tienen el poder de destruir y ayudar. Cuando las palabras son amables pueden cambiar el mundo" (Buda)

Es fundamental en nuestras relaciones con los demás, en la interacción tanto oral como escrita, que seamos conscientes del enorme potencial que tienen nuestras palabras. Según el sentido que les demos, pueden elevarte a los cielos o arrojarte al abismo. Me pregunto si realmente nos paramos a pensar en esto. Estoy hablando de emplear la asertividad, la sutileza, cuidar las formas. Decir lo que uno piensa defendiendo sus derechos y respetando al mismo tiempo los de los demás. Esto engloba también nuestro lenguaje no verbal, nuestros gestos, nuestra mirada, etc. Las palabra hiriente se clava como un puñal en las entrañas. Y cuanto más afinidad tengas con esa persona, la herida puede ser letal. Son heridas que tardan mucho en cicatrizar. En otro sentido, el efecto sanador es enorme. Lo fácil que sería pensar bien lo que decimos y como actuamos para hacer una sociedad más respirable, menos contaminada. La inteligencia emocional debería ser de obligado cumplimiento en cualquier ámbito de nuestra vida. En el trabajo, en nuestras relaciones, Al menos debería difundirse por los profesionales y que al menos tomemos consciencia de todo lo que estoy comentando. Ya lo he dicho antes. Pero es que hay estudios que hablan muy claro al respecto. A ver, esta habilidad puede evitar tener que recurrir a un fármaco. No puedo ser más claro. Por eso, vuelvo a insistir en su importancia. A menudo comento una frase que a los demás les suele llegar "No hagas con los demás lo que no te gustaría que hiciesen contigo"

Alguien puede sentirse molesto por un comentario inadecuado sobre su persona, sobre su aspecto físico. Algo que se estila muy a menudo. Y tengo que reconocer que es lo que más me duele. Llevo siempre una frase en mi cabeza que un ser querido me decía y que jamás olvido y que pongo en práctica, por supuesto. "Mirar, oír y callar" Quizás en otra entrada me extienda sobre esto. Bueno, pues volviendo a lo que comentaba antes. Hay personas que efectivamente suelen actuar de esa forma. ¿Qué podemos hacer? Es algo que nos produce malestar y hay que sacarlo, decírselo a la persona en cuestión. ¿Cómo? Pues tirando de sutileza, de asertividad. Hay muchas formas de decirlo. Una de las más sutiles (yo la empleo mucho) podría ser ésta: "Escucha, por favor, me gustaría comentarte algo. Me molestó el comentario que hiciste sobre... Y agradecería que no volvieras a hacerlo" Bien, ya nos hemos descargado. A ver, conviene decirlo con la frialdad necesaria, por lo que es conveniente que respiremos un poco antes de decir nada. Usar el tono adecuado, mirar fijamente a los ojos... Bien, llegados a este punto, el resto ya no depende de ti. .Si sigue insistiendo, y comprobamos que su actitud sigue siendo la misma...Bueno, pues ya sabemos con quién estamos tratando. Alguien que quizás no merece la pena tenerle en consideración o que, al menos, sabemos que no formará parte de nuestros círculos. Vamos seleccionando. Personas con las que sé que no puedo contar. Para algunas cosas, igual sí ¿Hablamos de una relación interesada? ¿Hipocresía? Pues es posible. Sabemos que hay personas que son ideales para depende que actividad. Pero sabes que para otras cosas, no conviene. Y eso es bueno saberlo, como digo. Pero he de reconocer también que este no es mi estilo. Aquí tendría que interpretar y no puedo hacerlo, mantenerlo en el tiempo.

Recuerdo que una vez asistí a un taller de habilidades sociales. Y el tema consistía en poner en práctica lo que peor se nos daba a cada uno, de la habilidad que había que explotar. Y a mi me resulta muy difícil criticar. De verdad, no sé hacerlo. Al menos, criticar por criticar. A ver, puedo criticar y de hecho algunos de mis escritos son muy ácidos. Vuelvo a repetir, no suelo callarme cuando algo no me gusta. Pero siempre utilizo la sutileza. Bueno, pues tenía que hacerle una crítica a alguien sobre un trabajo que él consideraba que estaba bien hecho y yo tenía que hacerle ver que no. Tremendo trago. Pues al acabar su argumentación, le hice saber mi descontento sobre su trabajo. Recuerdo perfectamente su cara totalmente desencajada, sonrojada. Y yo no sabía como enderezar aquello. Pero, mi mente se iluminó fugazmente Debí recordar que me enseñaron en su día como salir airoso de este tipo de situaciones. Le dije "Siempre hay margen de mejora, y si te lo digo es porque confío en ti y sé que puedes hacerlo". Su cara cambió por completo. Claro, contribuí a elevar su autoestima. Y yo me quité un enorme peso de encima. De verdad, que fue una de esas ocasiones en las que dije "Tierra, trágame". No me explico todavía como pude mantener el tipo. Me dijeron que había hecho una buena crítica constructiva. Luego le comenté a la chica que impartía el taller, medio en broma y medio en serio, que jamás iba a olvidar aquella experiencia. No, en serio, esa experiencia me curtió y tengo que estar agradecido por ello. Este tipo de situaciones no se deben olvidar. He utilizado en en este escrito el poder de mi palabra con la sutileza necesaria para llegarte a lo más hondo.

Muchas Gracias y Saludos


domingo, 23 de noviembre de 2014

El corazón, el músculo que lo mueve todo



Corazón es sinónimo  de infinidad de cosas. Es hablar de sentimientos, de motivación. No resulta fácil porque hay que mirarse para adentro, contactar con la parte más emocional, donde todo fluye de otra forma. Es conectar con nuestra esencia, escrutar el lado más natural y espontáneo de cada uno. Es  un músculo frágil, pero  dotado de la fortaleza suficiente como para poder  alcanzar casi cualquier objetivo o adversidad, por muy difícil que parezca.  En efecto, el corazón lo mueve todo.  El simple hecho de estar aquí, ahora en este momento, escribiendo estas líneas, es incitado por ese impulso irrefrenable, por esa llamada  del corazón. Sino sintiera esa necesidad, ni me lo hubiese planteado, ni este blog tendría razón de ser. Creo que queda claro lo que quiero transmitir.  Simplemente quería editarlo y puse el empeño suficiente para lograrlo. Tuve más en cuenta lo que quería hacer que la estética.  Se trata de una cuestión más de fondo que de forma. Siempre ha escrito a la vieja usanza, con papel y bolígrafo o con las antiguas máquinas de escribir y tenía claro que que quería darle ese toque, ese punto de esencia. Recurro a ella siempre que puedo                                              

Siempre he procurado actuar  siguiendo los dictados de mi conciencia. En este empeño, seguro que me he equivocado, como todos.  Es inherente a nuestra condición de humanos, pero también  tenemos la virtud de  pedir perdón. No cuesta nada y además  sana el alma. Pero me parece que esta virtud la usamos poco. Sea por orgullo, por no querer abrir nuestro lado más humano. Si, cuesta mucho reconocer errores, sobre todo los propios. 

Me conecta  todo esto  con el título de este blog. Arcano hace referencia a algo recóndito, que es muy difícil de encontrar. Podía haberlo llamado  “Corazón Compartido” pero resultaba demasiado evidente. Y hay demasiada gente que huye cuando hablamos de “los problemas del corazón”. No pretendo juzgar a nadie, pero es lo que denoto a cada paso.  Y podría quejarme de muchas cosas que no me gustan. Pero en este espacio no lo haré, ya lo dije. Pasan cosas y nos afectan  Y no soy precisamente de los que miran para otro lado. Este no es sitio para vomitar mi  ira o mi rabia. Soy muy claro cuando hablo y tremendamente rebelde, pero a la vez altruista, que es algo que me gustaría explotar más. Cuando denoto que algo no es normal y debería serlo.  No cuesta nada ser solidario, mostrar empatía, sobre todo con quién más lo necesita Considero que es nuestro deber moral luchar para cambiar este tipo de situaciones.

Siempre he dicho que mi vida es un libro abierto. Como decía Bob Dylan  en una de sus míticas canciones “Ahora eres invisible, no tienes secretos que ocultar” Pues eso, quiero hacerme visible a través de este espacio. Supongo que poco a poco   iremos conectando. Es cierto que mis escritos hay que saber leerlos entre líneas. Podría alargar cada frase hasta el infinito. Hay una historia detrás, por supuesto.y en todos dejo una parte de mi vida.  Soy una persona que ha sabido adaptarse a muchas adversidades. Es decir, una persona resiliente. Y es posible que por eso mis textos sean demasiado  profundos. Pero mi corazón está herido Considero que no debo ocultar que estoy atravesando la etapa más dura de mi vida. Quiero resurgir,  poner en marcha esa parte que lucha por volver a sentir vida. Por ello,  entenderéis que haya necesitado escribir este extenso escrito. Mi corazón me lo pedía.   

Muchas Gracias y Saludos                                         
                                             

martes, 7 de octubre de 2014

No alcancë mi destino



Antonio Vega 
NO  ALCANCÉ  MI  DESTINO           

        (No sin ayuda)

Comencé a caminar como guiado por un impulso                           
Mi mente me lo pedía, mi cuerpo se rebelaba
Pero sentía la necesidad de hacerlo.
Quería huir, escapar, dejarme  llevar

El viento soplaba con fuerza, pero yo solo escuchaba la melodía de la música del añorado Antonio Vega.También quería dejarme llevar por el encanto de su poesía

Buscaba ese momento de paz, de soledad. Llegar al punto en el que mi cuerpo y  mi mente se esparcieran lejos de miradas y mensajes que reprimen tus instintos más primarios. Está  mal visto mostrarse abiertamente antes los demás. Hay que mantener el tipo. Conocía  bien ese camino, podría recorrerlo con los ojos cerrados

Mi mente retrocedía a momentos pasados. Era inevitable. Y era lo que en mi fuero interno buscaba. Ya  no sentía lo mismo que antes. Sabía que ese momento no iba a compartirlo con nadie. No al menos  en  la  forma en que quería hacerlo. Las cadenas  que me sujetan a esta vida  se van rompiendo.

Con la cabeza  gacha iba caminando. Fugazmente levantaba la mirada para divisar el horizonte. Miraba, pero no veía. Algo invisible cegaba mis ojos. Quizás la rabia, la ira, la tensión acumulada. Desvié mi camino inicial para acercarme más rápido a contemplar el agua que se mostraba antes mis ojos. Me quedé observando, con la mirada perdida., pero volví sobre mis pasos para retomar el camino trazado.

Me quité los cascos,  porque la música ya no me llenaba. Mal síntoma. Recordé un momento vivido con mis padres al divisar un pequeño montículo. Observe durante unos instantes ese lugar y podría recordar con toda plenitud  ese momento, todos y cada uno de los detalles. Lo que vives con tus seres queridos es imposible olvidarlo. Mis ojos ya empezaban a estar húmedos.

Seguí caminando y me di cuenta de que el  camino estaba bañado por el agua. Me acerqué hasta el borde mismo del agua. Me sentí frustrado, quería seguir caminando, alejarme hasta un lugar indeterminado.

Divisé el horizonte, que no podía alcanzar a menos que mis pies quedasen bañados por el agua. Mirando al suelo, entonces mis lágrimas comenzaron a brotar como un torrente continuo. 

Como una alegoría, fui consciente de que mi destino estaba truncado, roto. Que si quería alcanzarlo tendría que ser a costa de mucho sufrimiento, de sortear enormes obstáculos.

Cerré los ojos en un intento de abandonarme, de escuchar el ruido del agua, de las aves. Pero fue imposible. Mi cabeza no paraba de dar vueltas.

No me quedaba otra opción que volver sobre mis pasos, desandar lo andado, deshacer mi vida, buscar otro camino, buscar otra vida, otros compañeros de viaje.

¿Cruzar el fango?  Quizás pueda con ayuda ¿Buscar otro camino?  Me temo que sin ayuda va a ser complicado. No puedo alcanzar mi destino sin una mano amiga.







domingo, 3 de agosto de 2014

Esa luz que brilla

   
                                                


Hoy he visto brillar el sol y me he sentido reconfortado
Una luz también ha brillado en mi mente
Sólo el tiempo dirá si es algo fugaz o me iluminará por más tiempo
Lamentablemente ese reflejo suele apagarse de la misma forma que ha venido,
Casi sin sentirlo, sin saber porqué, agazapado
Entonces tardas mucho en volver a encontrar de nuevo esa sensación de plenitud, de bienestar, de paz interior, ese estado en el que todo parece fluir de otra manera.
Pero ahora quiero atrapar y perpetuar este momento, mantener apretado con fuerza el interruptor de esa luz maravillosa. No quiero volver a esa  oscura tiniebla, a esa nube negruzca  y cansina que no te deja ver lo que de bueno puede haber al otro lado.

Espero tener esa fuerza interior que me permite derribar fronteras, alzarme al cielo y luchar contra todo lo que se interponga en ese camino hacia el sol, hacia  la luz. Puede que muchas veces tenga que volver al punto de partida. En este caso, puede que llegue a desesperarme

Pero escucha, sigo siendo el  mismo. En lo más recóndito de mí ser conservo los mismos tesoros, los mismos valores de siempre, te lo aseguro. Pero escucha, también algunas veces, inexplicablemente, he renegado de ellos. Las circunstancias, por desgracia, llegan a controlar tu vida. Y créeme que lucho con todas mis fuerzas para que esto no sea así. Para nada me gusta lo material. Es más, lo detesto. Pero esta maldita vida esta construida con estos cimientos. Y todo lo mueve lo mismo. Más me gustaría a mí que esto no fuera de esta forma. A muchos se les mide por este rasero. Y a  los que así  lo hacen los aborrezco soberanamente Créenme también  cuando te digo que estoy abatido tengo mis motivos para estarlo. Y apelo a tu inteligencia para que lo entiendas sin tener que darte más detalles.

Verás, yo tengo mucha prisa por salir de esta situación porque, entonces casi con toda seguridad , conocerás más abiertamente al verdadero Antonio, ese que ríe, ese que salta, ese que disfruta de una buena conversación, ese que está dispuesto a hacer feliz la vida a los demás. Esto te lo digo casi con el corazón encogido porque sé que es una parte de mí que casi nunca he podido explotar y que conoce poca gente. Pero a veces sinceramente, como te digo, la  realidad me hace actuar de otra forma  y de veras que lo siento.

Voy a permitirme disfrutar de esa luz que, de momento, sigue brillando.

Muchas Gracias y Saludos